Las vías pecuarias se establecieron como tales durante la Edad
Media y probablemente se generaron sobre rutas que ya existían desde épocas
prehistóricas, pero las cañadas de la Castilla bajo medieval no se basan en
rutas prerromanas, visigodas o musulmanas sino en el avance cristiano de la
recoquista hasta la meseta meridional. Jesús Garzón, secretario general del
Proyecto 2001, dice que la trashumancia comenzó hace 15.000 años, allá por el
Paleolítico. En el entorno
del Mediterráneo, Italia y Grecia comparten un esquema similar de migraciones
ganaderas intranacionales. En concreto las Cañadas tenían un ancho concreto 90 varas (1 vara = 835
metros y 9 décimos) cuando cruzaban tierras de cultivo pero no había límite
cuando discurrían por baldíos o montes comunales. La desnudez de Castilla data
de Alfonso IX de León, que realizó una incursión militar contra Castilla y su
rey, Fernando III el Santo, padre de Alfonso X el Sabio, en su retirada taló
tierra de campos. Los labradores no podían roturar las Cañadas ni para
defenderse de las plagas que en ellas se incubaban, en cambio, los ganaderos podían
hacer pastar en terrenos no cercados, en realidad también pastaban en ellas,
dando lugar a pleitos, algunos de los cuales no se han resuelto todavía.
Cordeles; 38 m. Afluyen a las cañadas o comunican dos provincias limítrofes.
Veredas; 20 m. Caminos de ganado entre comarcas de una misma provincia.
Coladas; vías de menor ancho entre varias fincas de un término.
La red de vías pecuarias se
complementa con:
Descansaderos; Lugares destinados al descanso de animales y pastores.
Majadas; los lugares donde se pasaba la noche, el ganado recogido y los pastores con cobijo.
Las cañadas reales se extienden por las regiones españolas donde las condiciones
climáticas impiden la explotación de los pastos a lo largo de todo el año
(Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía, Castilla y León, etc. Discurren
entre los pastos de invierno al sur y los de verano en las sierras del norte.
El estado actual de las cosas es
bastante desalentador. La desaparición de la trashumancia provocó el expolio del
patrimonio de la Mesta. Las Vías Pecuarias han sido ocupadas por todo tipo de
cosas como escombreras, basureros, carreteras, líneas eléctricas, calles, líneas
de ferrocarril, sembrados, cercas, casas, depuradoras, gasolineras, canales y
todo lo que se puede imaginar.
Cañada Real
Conquense.
También llamada de los
Chorros. Tiene su origen en las sierras de Tragacete en Teruel, pasa rodeando
Cuenca capital, Ciudad Real, cruza el Guadiana por Ruidera y entra en Jaén por
Sierra Morena. Muere en al sur de Bailén. Ha perdido gran parte de sus 350
Km.
Las primeras normas escritas sobre la trashumancia
datan del reinado de Eurico que dictó las
primeras disposiciones (año 504), sin embargo se recopilaron más tarde
en el
reinado de Sisenado. La Ley 5 , título 4, libro 8, del Liber Iudicorum
marca las
rutas de la trashumancia y reglamenta su uso. En tiempos de la
reconquista se
fueron consolidando los desplazamientos de las cabañas de los
cristianos. Durante el reinado de Alfonso VIII se dictaron disposiciones
relacionadas con el
desplazamiento de ganado. En 1273 se crea el HONRADO CONCEJO DE LA MESTA
DE
PASTORES al amparo de Alfonso X por la gran importancia que la cabaña
trashumante empezaba a tener en aquella época.
Tenía entre otras atribuciones el
control del tráfico ganadero y la preservación de las vías pecuarias
actuando con potestades de juez y parte en los litigios que le afectaban
tanto en la usurpación de los caminos de carne como en el contrato para
el aprovechamiento de pastizales que eran necesarios para el desplazamiento
periódico del ganado. El Concejo de la Mesta tenía a su cargo mas de 125.000
kilómetros de vías pecuarias y alrededor de quinientas mil hectáreas de
territorios anexos a las cañadas de pastos de dominio público (baldíos, ejidos y
otras denominaciones). Constituyendo la columna vertebral de la economía
española desde tiempos inmemoriales hasta 1940 aproximadamente. El desarrollo de
la Mesta está ligado al de la lana Castellana que fue tomando renombre en Europa
(Flandes, Florencia, etc.)
La lana castellana se debe a la raza Merina de la que se desconoce con certeza la procedencia y la fecha de introducción pero es cruce de ovejas del país con otras africanas “mariní”, parece ser que introducida por mercaderes Genoveses establecidos, entre otros lugares, en Sevilla.Su éxito se debió a la excelente calidad de la lana de esta raza y por su peculiar crianza. La oveja merina |
El Concejo de la Mesta eximía del
servicio militar y de testificar en los juicios a los pastores. Aparte de su
sueldo les adjudicaba veinte de cada cien crías. Con objeto de evitar abusos,
cada hato de 400 ovejas podía ser manejado por un pastor y dos mancebos, uno de
ellos de dieciséis años de edad. Los tratados de pastos y pastores se cerraban
según la tradición, en el solsticio de verano: el 24 de junio, día de San
Juan.
El esquileo se realizaba entre
abril o mayo, justo antes de comenzar la trashumancia. El tránsito por las
Cañadas podía prolongarse desde principios de mayo hasta finales de junio, según
la distancia entre los invernaderos y agostaderos, a razón de unos 20 kilómetros
diarios. El regreso hacia el sur coincidía con las primeras heladas en las
cumbres, a mediados de octubre. Como dato significativo del movimiento de la
cabaña por las cañadas hay que destacar que el rebaño tenía derecho a un quintal
de sal y sólo debía respetar las cinco cosas vedadas: dehesas, trigales,
viñedos, huertos y prados de siega. Ahora bien, fuera de las propiedades
privativas, si alguien usurpaba una vía pecuaria y la sembraba o la incorporaba
a sus predios, se veía expuesto a arrasamiento de la propiedad comunal por parte
del ganado, que era conducido por los pastores a ocupar la anchura determinada
por la Mesta.
La reglamentación propia de la
trashumancia estipulaba que cualquier litigio sobre arriendos, propiedades,
reses extraviadas o abusos se tenía que plantear ante las asambleas, juntas o
concejos de la Mesta, que se convocaban dos veces al año, en enero o febrero en
las áreas de invernada y en septiembre u octubre en los pastos de verano. Se
consideraban válidas si estaban presentes al menos 40 ganaderos. La asistencia
normal alcanzaba las 200-300 personas. Tenían derecho a voto hombres y mujeres
que tuvieran al menos 50 ovejas trashumantes. Los nombramientos se hacían por
sorteo.
La cabaña constituía el
ganado (sin distinción de clase: vacuno, ovino, caprino, porcino, caballar) y
los arreos necesarios para su traslado a través de las vías pecuarias.
Una cabaña estaba compuesta por unas diez a doce mil cabezas, al cargo
del mayoral. Cada millar de ovejas con 25 mansos y 50 carneros,
era controlado por un rabadán ayudado por dos pastores y dos mancebos.
Todo el ganado era controlado por cinco perros mastines que llevaban a su cuello
collares de cuero (carlancas) atravesados por pinchos hacia el exterior
con los que se defendían del ataque de los lobos, frecuentes visitantes de la
cabaña para conseguir sustento.
Durante el siglo XVI se
desplazaban 3 millones de cabezas mesteñas. La decadencia comienza en el
siglo XVIII al pasar buena parte de los pastos a manos de burgueses urbanos y al
extenderse la raza merina por otros países. Desde antiguo, la Mesta despertaba
oposición entre los campesinos causado por los privilegios de los que disfrutaba
la asociación y los abusos cometidos por los grandes propietarios de los rebaños
y de las tierras. Algunos miembros del alto clero y la nobleza intervinieron
enfrentando mas a los campesinos con los ganaderos trashumantes. La decadencia
continuaba hasta que en el trienio liberal (1820-1823) es abolida la Mesta, en
los años siguientes no se restaura pero continuó existiendo. El enfrentamiento
era tan grande que en 1824 se conceden armas gratuitas a los pastores para
defenderse. En 1829 desaparece de manera formal y definitivamente en
1836.
Al desaparecer la institución que
se ocupaba de defender las cañadas estas fueron ocupadas por los pequeños
agricultores y ganaderos de las localidades por las que discurrían no solo por
el afán de poseer tierras sino también por el odio que acumuló la Mesta, la
trashumancia y las cañadas a lo largo de los siglos de atropellos. También los
grandes propietarios y nobles ocuparon grandes tramos de cañadas que discurrían
entre sus propiedades con lo que, no solo, se beneficiaron de la menta cuando
esta existía cometiendo atropellos contra los pequeños propietarios sino que
después también, robando el patrimonio del estado.
La trashumancia disminuye
paulatinamente hasta la desaparición casi total, este proceso se vio acelerado
con la aparición del ferrocarril y, mas recientemente, del transporte por
carretera.. Estos medios desplazan los rebaños enteros en solo unas horas con lo
que la dura vida de los pastores se ha suavizado.
Fuentes: https://es.slideshare.net/
http://director.io
http://habitat.aq.upm.es/
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