Jabón de
lavanda, de avena, de zanahoria o de limón… Son muchos los jabones
artesanales que podemos fabricar nosotros mismos en casa. Podemos
teñirlos con colorantes naturales e incluso aromatizarlos con las
esencias que más nos gusten. De esta manera conseguimos jabones
naturales libres de tóxicos, buenos para nuestra salud y para el medio
ambiente. Te damos algunas recetas para que fabriques el jabón que más
te guste.
Jabón con aceite usado
Una buena forma de reciclar el jabón usado
de cocina es convirtiéndolo en jabón. El proceso es muy sencillo: para
hacerlo necesitamos un kilo de aceite usado y colado (para eliminar
impurezas), 800 gramos de agua destilada y 150 gramos de sosa cáustica. Es importante que siempre que usemos sosa cáustica seamos muy cuidadosos y utilicemos guantes y gafas protectoras.
Para empezar, tenemos que diluir lentamente la sosa cáustica en el agua
(nunca al revés). La mezcla producirá una reacción química que puede
alcanzar los 80 grados de temperatura. Debemos esperar a que se enfríe para verter la mezcla lentamente sobre el aceite, previamente calentado a unos 40 grados.
Después removemos con una pala de madera o una batidora a baja
velocidad. Una vez que la mezcla ha conseguido una buena textura, la
echamos en unos moldes de silicona o plástico. Tapamos con plástico film
de cocina y cubrimos con un paño. Al día siguiente desmoldamos y
dejamos endurecer durante un mes aproximadamente para que finalice el
proceso de saponificación.
Jabón de lavanda
La lavanda es una planta con propiedades
relajantes y un aroma delicioso, perfecto para conseguir un jabón casero
suave y aromatizado. Para fabricarlo necesitamos 210 mililitros de
aceite de oliva, 30 gramos de sosa cáustica, 65 mililitros de agua
destilada, aceite esencial de lavanda y flores de lavanda frescas para
echar en el molde. El proceso es el mismo que seguimos a la hora de
hacer jabón con aceite usado. La diferencia es que añadimos unas 20 gotas de aceite esencial de lavanda a la mezcla (aún caliente) de aceite, agua y sosa cáustica.
Jabón de zanahoria y miel
La zanahoria y la miel contienen propiedades antioxidantes e hidratantes
que convierten nuestro jabón en un excelente limpiador para nuestra
piel libre de tóxicos. Para elaborarlo necesitamos 300 mililitros de
aceite de coco, 400 mililitros de aceite de oliva, 100 mililitros de
aceite de almendra, 200 mililitros del agua de la cocción de las
zanahorias, 100 gramos de zanahorias en puré, 110 gramos de sosa
cáustica, media cucharada de miel pura y 10 gotas de aceite esencial de
semilla de zanahoria. Mezclamos primero el puré de zanahoria y el agua
de cocción con la sosa cáustica. Siempre con mucho cuidado. Esperamos unos minutos y le incorporamos el aceite de coco, el aceite de oliva, la miel y las gotas de aceite esencial de zanahoria. Después vertemos la mezcla en los moldes y esperamos al menos 48 horas para que tome cuerpo.
Jabón de Avena
La avena es otro producto natural con
múltiples propiedades beneficiosas para la piel, sobre todo para la
limpieza y exfoliación de la piel grasa. Basta tener una pastilla de
jabón neutro (de unos 200 gramos), 100 gramos de harina de avena y un
poco de agua para elaborarlo. Los pasos son muy sencillos:
rallamos el jabón y lo cubrimos con agua. Lo calentamos al baño maría
para que se derrita y una vez disuelto, añadimos poco a poco la harina
de avena. Removemos y echamos la mezcla en un molde para después dejarlo enfriar.
Jabones con hierbas aromáticas: de salvia y eucalipto; y romero
Nuestro jabón artesanal puede llevar también diferentes tipos de hierbas aromáticas que lo hagan más saludable. Por ejemplo, el jabón de salvia y eucalipto es bueno como antiinflamatorio.
Para elaborarlo, hay que derretir una barra de jabón neutro de
glicerina a la que agregar unas gotas de esencia de salvia y de esencia
de eucalipto. Mezclamos bien y dejamos enfriar en unos moldes de
silicona a los que también podemos añadir más gotas de esencia. Por otra
parte, el jabón de romero es bueno para la circulación sanguínea.
Seguimos el mismo proceso que el jabón de salvia y eucalipto, con la
diferencia de que en esta ocasión añadimos aceite esencial de romero y
pequeñas ramas de romero fresco.
Jabones de frutas: de limón, naranja y coco
Al igual que fabricamos jabones artesanos
con hierbas, zanahoria o avena, podemos hacerlo con frutas como el
limón, el coco o la naranja. El método es exactamente el mismo que
utilizamos para fabricar jabones con hierbas aromáticas, lo que cambia
es el tipo de esencia que le añadimos a la mezcla para aromatizar: aceite de coco, esencia de limón, esencia de naranja, etc. En el caso de los jabones cítricos (de limón y naranja), también podemos agregar la ralladura de la piel de la fruta. Este tipo de jabones frutales son muy buenos para limpiar la piel y aportar frescura.
Los colorantes naturales
Las infusiones son otro de los ingredientes que podemos añadir a nuestro jabón casero. Además de aportar aroma, funcionan como colorantes naturales.
Por ejemplo, para conseguir un color rojo podemos usar la infusión de
Flores de Bignonia roja; para el amarillo, de caléndula o de manzanilla;
para el verde, infusiones de menta o té verde; para el rosa, de
remolacha o pétalos de rosa; para el morado, infusión de violetas; y
para el azul, de bayas de ciprés. Añadiendo las infusiones a nuestra
mezcla, tendremos alegres y coloridos jabones artesanos. ¿Por cuál empezamos?
Fuente: http://comohacerjaboncasero.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario